domingo, 14 de enero de 2007

Evocando el Pasado IV

Este tambien lo escribí cuando estaba en la U, y pues pasaba por un momento difícil, extrañaba mucho a mi familia, y sentia que nada ni nadie valía la pena. No se, creo que todos necesitamos un momento de soledad alguna vez en la vida (a lo mejor muchas veces)


Soledad

Solo, sin nadie mas que yo mismo, así estoy en este momento, así he estado muchos momentos, así estaré muchos momentos... y me preocupa, me preocupa saber que esta soledad que me abruma, que me persigue a cualquier lugar que voy, acabe con mi tranquilidad, acabe con mi ser... no, no se que hacer, trato de superarlo pero me es imposible... a veces me desespero, busco una salida a esta agonía y no la encuentro... es entonces cuando mis ojos se aguan como sin razón alguna, impidiéndome ver la posibilidad de hallar a alguien que me saque de esta depresión, que me saque de ese abismo al que he caído, y es entonces cuando en mi garganta se hace un nudo que no puedo soltar y que me ahorca, y justo en ese momento es cuando más quisiera gritar, cuando más anhelo sacar de mi toda la rabia y la desesperación de un solo grito, cuyo eco, si fuese reflejo de mi agonía, sería eterno, pero no... no puedo, pareciera que ese nudo fuese atado con la fuerza de los Titanes, impidiéndome lanzar un grito de auxilio... y es en ese momento cuando por mi mejilla se desliza una lagrima, y, sin darme cuenta ya no es una, sino muchas lagrimas, y de repente, estoy sumido en un profundo y melancólico llanto, y empiezo a sentir que toda la rabia, toda la desesperación, toda la agonía, empiezan a salir de mi, entonces lloro, lloro con mas fuerza, sabiendo que así me liberaré de mis penas, mi llanto se convierte entonces en un grito, soltando por fin ese nudo que aprieta mi garganta, y así, luego de un rato, eterno para mí, me siento más tranquilo, mas sereno... mi mente, como el cielo después de una tormenta, empieza a despejarse poco a poco... empiezo a aclarar mis ideas, y me doy cuenta de algo, en realidad nunca estuve solo, siempre hubo alguien que me acompañó, y me di cuenta que cometí un error, esa soledad, la que desespera mi ser, ella no me abandonó, siempre estuvo a mi lado, por mas que intentara apartarla de mi... entonces la juzgue mal... como puedo culpar de mis penas a quien siempre esta conmigo, si el único culpable de mi agonía soy yo... tal vez suene irónico, pero la verdad, me di cuenta, que la soledad es mi única compañera... es por ella que pienso en mis padres, lo mucho que los extraño; es por ella que a mi memoria vienen los recuerdos de esos momentos especiales que viví con mis hermanas; es por ella que mi mente dibuja con pinceles y con todo los colores la obra de arte más bella que jamás halla conocido, un cuadro con el rostro de todos y cada uno de mis amigos... los de verdad... entonces, como puedo culpar a la soledad de mis penas?, acaso lo que ella me hace es un crimen?... no lo creo, y me atrevo a retar a aquel que se atreva a culparla, queriéndola desterrar al olvido... porque el día que ella deje de existir...Yo también lo haré...

2 comentarios:

Yudi Hernández dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Yudi Hernández dijo...

Hola, Rodrigo!
Lindo Blog, y si... soledad eterna compañera, evocando momentos con cada línea de su poema.
En estos días en que mi única amiga es esa... la soledad me doy cuenta que no he podido hayar mejor aliada. No se queja. Soy yo quien lo hace... Jejejej... Paradojico no?

Un abrazo